En el transcurso de 2019, la evolución de la economía global confirmó el proceso de desaceleración que venía mostrando el crecimiento económico desde 2018.
El PIB mundial al cierre del pasado ejercicio apreció un aumento, en términos reales, del 2,9%, lo que supone siete décimas menos que la tasa de variación observada en el ejercicio precedente,
y registraba de este modo el ritmo de crecimiento más moderado de los últimos diez años.