El Packaging: Un diseño más atractivo para envases

12 de septiembre de 2013|In Uncategorized1

Para el empresario es fundamental que su producto sea aceptado a primera vista, por esa razón se han mezclado arte, tecnología y ciencia, entre otros factores, para darle más valor a un producto a base de hacer más presentable el embalaje del mismo, hablamos pues del Packaging, término anglosajón que define la técnica que diseña embalajes para presentar el producto del modo más atractivo posible para el cliente.

El primer contacto directo que tiene el consumidor con el artículo es el envase, evidentemente, es fundamental que siga siendo funcional y útil en cuanto a almacenaje, contenido, propiedades y conservación, así como que permita identificar y diferenciar el producto, pero a todo ello hay que aportar un elemento más que signifique la diferenciación con respecto a los demás competidores, una forma de seducir al cliente hasta el punto de hacer que se decante por una marca determinada.

Lo que se busca con este proceso es que el envase, que sería la traducción literal al español del término packaging, deje de tener un valor racional de mero soporte del contenido y pasa a tener un valor emocional, para vincular así al cliente con la marca. Ello lleva consigo conocer al público al que se dirige el producto, suplir sus necesidades en cuanto al contenido del mismo, pero también buscar una relación más cercana a él a base de hacerle recordar experiencias, sensaciones o sorprenderle con algo nunca visto anteriormente.

Queda claro, que además del diseño, también prima el marketing; de hecho el packaging es un modo más de publicitar el bien que se vende, aportándole además un plus de calidad.

Pero no todo termina en el diseño del producto y un estudio del consumidor, también conviene analizar si el envoltorio soportará correctamente los canales de distribución, si tras su elaboración sigue siendo reconocible la marca y otros elementos esenciales que deben aparecer en el envase y si se siguen cumpliendo los aspectos legales, caso fundamental, especialmente en los casos de productos alimenticios, que deben cumplir con los estándares establecidos en la normativa nacional o de la UE.

Finalmente, cualquier método que pretenda añadir calidad al producto suele llevar consigo un encarecimiento del mismo, razón por la cual sería muy recomendable analizar los costes, y qué beneficios económicos aportaría a la empresa ese supuesto aumento de ventas una vez que el potencial consumidor ha sido atraído.

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