Conclusiones del Informe de Coyuntura Socioeconómica, Septiembre de 2020

16 de octubre de 2020|In Actualidad CCE

Conclusiones del Informe de Coyuntura Socioeconómica, Septiembre de 2020

Los datos más recientes parecen indicar que la economía internacional está experimentando un proceso de recuperación incompleta y desigual.

Tras la abrupta caída de la actividad económica registrada desde el inicio de la crisis sanitaria, que llevó al PIB mundial a desplomarse durante el segundo trimestre, la reactivación económica no termina de consolidarse, en un contexto en el que la incertidumbre ante los rebrotes de la pandemia y la ausencia de un tratamiento definitivo, amenazan con retrasar la recuperación a medio y largo plazo.

En este sentido, algunos indicadores adelantados han mostrado una cierta pérdida de ritmo con respecto a meses anteriores, como muestra el leve retroceso del índice de compras en la industria manufacturera y en los servicios (PMI), debido a la aplicación en algunos países de nuevas medidas de restricción para contener los rebrotes.

No obstante, el Fondo Monetario Internacional ha sugerido en su último informe de previsiones, que la reducción del PIB durante el segundo periodo del año ha resultado menos intensa de lo previsto inicialmente, sobre todo en el caso de las economías avanzadas, lo que unido a las señales más positivas ofrecidas por los indicadores de actividad y confianza durante el tercer periodo del año, han llevado al FMI a revisar al alza sus proyecciones en relación con su anterior publicación del mes de junio.

Según esta institución, la economía mundial cerrará 2020 con una caída del PIB del 4,4%, ocho décimas menos de lo previsto anteriormente; apuntando una caída del 5,8% para las economías avanzadas y del 3,3% para las emergentes.

Para 2021, el FMI ha estimado que la economía global apreciará un rebote del 5,2%, lo que implica dos décimas menos que en la anterior previsión, fruto, entre otras causas, del mantenimiento de medidas de distanciamiento social.

Estas previsiones no están exentas de riesgos, sobre todo de carácter bajista, relacionados con la evolución de la crisis sanitaria y los efectos que finalmente tengan sobre el consumo las nuevas medidas de contención y restricciones a la movilidad.

En el caso concreto de Estados Unidos, los indicadores de confianza de los consumidores y de sentimiento empresarial siguen ofreciendo un comportamiento muy favorable, pese a la elevada tasa de contagios que se están registrando en el país.

Sin embargo, la expectativa ante la aprobación de un nuevo paquete de estímulos fiscales ha ido perdiendo fuerza, y parece que quedará postergado hasta después de los próximos comicios presidenciales, que se celebrarán a principios de noviembre.

En cualquier caso, el FMI ha previsto que el PIB estadounidense cerrará el presente ejercicio 2020 con una disminución del 4,3%, 3,7 puntos menos que en la estimación previa, y crecerá un 3,1% en 2021.

En lo que concierne a la Eurozona, los datos que se van conociendo relativos al tercer trimestre del año apuntan a la desaceleración de una recuperación, que ya de por sí, está resultando atemperada e incompleta, en un contexto en el que el descenso del empleo continúa contenido en cierta medida, debido, sobre todo, a los programas de regulación temporal de empleo, materia en la que jugará un rol muy relevante la llegada a los Estados miembros de los recursos del fondo SURE de la Comisión Europea.

En este escenario, el FMI ha proyectado un descenso del PIB cifrado en un 8,3% para 2020, 1,9 puntos porcentuales menos que lo anunciado durante el pasado mes de junio.

Las previsiones de este organismo internacional apuntan a que el conjunto del Área del euro volverá a experimentar tasas positivas en 2021, con un crecimiento previsto del 5,2 por ciento.

En cuanto a la economía española, el Consejo de Ministros ha aprobado recientemente la suspensión de las reglas fiscales para los ejercicios 2020 y 2021, lo que supone la activación de la cláusula general de salvaguarda de la Comisión Europea, que deja sin efectos los objetivos de estabilidad y deuda pública, así como la regla de gasto, y que deberá ser confirmada por el Congreso de los Diputados.

A pesar de ello, el Ejecutivo ha establecido como referencia una previsión del déficit público para el cierre de 2020 del 11,3% del PIB (cerca de un punto por encima de la estimación del pasado mes de mayo), algo lejos del 14,1% que prevé el FMI.

Con respecto a la deuda pública, el Gobierno estima que podría situarse en el 118% del PIB durante este año, como consecuencia del aumento del gasto público necesario para paliar los efectos de la crisis sanitaria, frente al 123% que ha proyectado el Fondo Monetario Internacional.

Por otro lado, según el cuadro macroeconómico previsto por el Estado, España anotará un descenso del PIB del 11,2% en 2020, y empeora así la estimación anterior en la que preveía una caída del 9,2% de la economía durante este año.

Las nuevas previsiones, apuntan además a que la tasa de paro ascendería hasta el 17,1% de la población activa.

De cara a 2021, el Ejecutivo prevé que la economía de nuestro país crezca un 7,2%, si bien podría alcanzar el 9,8%, si se incluyera el efecto adicional que aportaría la aplicación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y que supondría un desembolso en diversos proyectos e inversiones de 72.000 millones de euros, procedentes del Fondo Europeo “Next Generation EU”.

Por su parte, el FMI prevé un descenso más acusado para la economía española durante 2020, con una caída prevista del 12,8%, aunque estima que en 2021 el PIB podría volver a registrar avances positivos con un incremento del 7,2 por ciento.

Si atendemos a las cifras que ofrece el mercado laboral nacional, se aprecia que el número de afiliados a la Seguridad Social a último día del mes de septiembre en nuestro país anotó un aumento mensual de 252.423 efectivos (+1,4%), la mayor parte en “Educación”, donde se anotaron 187.598 efectivos adicionales (+23,2%).

Este mismo comportamiento se observó en el empleo de Canarias, apreciándose un avance mensual de la afiliación a la Seguridad Social a último día del mes de 18.406 nuevas altas (+2,4%), debido al fuerte peso que tuvo también la rama de “Educación”, que sumó 15.540 trabajadores, en comparación con el mes de agosto, lo que pone de manifiesto que gran parte de la actividad privada continúa acusando los efectos del COVID-19.

Si atendemos a los resultados que arroja el mercado de trabajo en las Islas desde el inicio de la pandemia, se constata que la afiliación en el Archipiélago se ha reducido en 44.235 personas entre febrero y septiembre, lo que implica una caída del empleo del 5,4 por ciento.

Este dato más que duplica la caída que ha mostrado el empleo en el conjunto del país, en el que el número de trabajadores en alta laboral se ha contraído un 2,3% (435.686 efectivos menos), lo que deja patente los efectos más acusados de la pandemia sobre el empleo de Canarias.

La rama de actividad más afectada en el periodo comprendido entre febrero y septiembre ha sido la “Hostelería”, que en conjunto con la actividad comercial y los “transportes”, acumulan una pérdida de 34.399 empleos.

Por lo que se refiere al resto de sectores, la agricultura anotó una caída de 1.036 trabajadores, al tiempo que el sector industrial y la construcción observaron sendos descensos de 900 y 222 afiliados, respectivamente.

Sólo la actividad sanitaria se ha mantenido en valores positivos, apuntando un alza de 5.555 trabajadores.

La situación del empleo se está viendo agravada por el impacto de los nuevos brotes de la pandemia y el aumento de la incertidumbre generada en torno a la actividad turística, a raíz de los nuevos cierres de establecimientos y el veto de mercados emisores.

Durante el mes de septiembre volvió a reducirse la entrada de visitantes desde el extranjero hasta los 99.432 viajeros, lo que supuso 145.784 turistas menos que los contabilizados durante el mes de agosto (-59,5%).

Tras este resultado, la llegada de estos visitantes acumula en los nueve primeros meses de 2020 una caída de 6,4 millones de personas en relación con el mismo periodo del pasado ejercicio, un 65,6% menos.

Otro indicador de demanda de las Islas que continúa inmerso en una trayectoria negativa es la matriculación de vehículos, que apuntó en septiembre un descenso mensual del 2,8%, con lo que acumula en lo que va de año una disminución del 46,4 por ciento. Este descenso se refleja en todos los canales de venta, aunque resulta de una especial intensidad en el segmento de vehículos de alquiler, que acumula un descenso del 83,4%, como consecuencia de la contracción del sector turístico.

Los efectos de la crisis sanitaria derivada del COVID-19 siguen manifestándose en toda la actividad económica de las Islas, y la evolución de los precios refleja esta tendencia, empeorando el estancamiento que venía mostrando el consumo desde hace varios meses.

En esta línea, al término del pasado mes de septiembre, el IPC apuntó una variación mensual nula, al tiempo que en el conjunto del territorio nacional se observó un ligero incremento del 0,2 por ciento.

En términos interanuales, la inflación evidenció un aumento del 0,3% en el Archipiélago, mientras que, por el contrario, en el ámbito del Estado, los precios descendieron un 0,4% interanual. Estos datos ponen de relieve la mayor intensidad que está acusando la caída de los precios de los combustibles a nivel nacional, cifrada en un 12,9%, frente al descenso, mucho más moderado, que muestran en Canarias, donde se han aminorado un 3,9 por ciento.

La economía de las Islas atraviesa un momento delicado, por lo que resulta esencial sentar unas bases sólidas que garanticen la recuperación del empleo y la supervivencia del tejido productivo, incentivando e impulsando la actividad y la inversión, a través de medidas que impliquen un gasto público eficaz y eficiente.

Por otro lado, el reciente acuerdo que ha extendido la vigencia de los ERTES tendrá sin duda efectos positivos para el mercado laboral y las empresas canarias, pero es vital seguir trabajando en esta materia para lograr que todas las actividades que lo necesiten puedan acogerse a unas medidas que están resultando indispensables para hacer frente a los efectos de la crisis sanitaria.

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