Conclusiones del Informe de Coyuntura Socioeconómica, Octubre 2021

17 de noviembre de 2021|In Actualidad CCE

Puede acceder al informe completo a través del siguiente enlace: Octubre 2021

La evolución más reciente de los indicadores de actividad económica confirma la recuperación de la economía internacional, que, tras haber alcanzado los niveles de producción prepandemia, al menos a nivel global, continúa transitando por un proceso de estabilización del crecimiento.

No obstante, como ya sucediera durante la crisis sanitaria, no se aprecia una fase de recuperación homogénea entre países, debido, principalmente, al diferente grado de incidencia que han podido tener las variantes más recientes del virus, al avance del proceso de vacunación, y a los diferentes procesos de reactivación que se han llevado a cabo en las diferentes regiones.

En cualquier caso, las proyecciones de crecimiento más recientes, publicadas por la Comisión Europea en su informe de otoño, se alinean con las últimas previsiones de la OCDE y el FMI, y confirman la recuperación de la economía global, estimando un crecimiento del PIB mundial del orden del 5,7% en 2021, aunque para el año 2022 prevén una moderación de este avance hasta el 4,5 por ciento.

Recientemente, el comportamiento alcista que están mostrando los precios de las materias primas, junto con los problemas de aprovisionamiento a nivel global que están afectando a las cadenas de distribución, empujan al alza las expectativas sobre la inflación en las principales economías, lo que supone un elemento de riesgo adicional en el caso de que estas tensiones, que deben ser, en principio, coyunturales, se trasladen a los componentes más estructurales de la economía.

Así lo han comunicado tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo que sitúan los focos inflacionistas en elementos de naturaleza temporal, y por ello aún mantienen su hoja de ruta en cuanto a la normalización monetaria.

En este sentido, la FED confirmó que comenzaría la retirada de estímulos mediante el descenso gradual en las compras netas de activos en el mes de noviembre, manteniendo sin variación los tipos de interés en el intervalo del 0-0,25 por ciento.

En cuanto a las principales economías, ya han empezado a conocerse las cifras de crecimiento del tercer trimestre del año.

En el caso de Estados Unidos, el PIB cerró el tercer periodo con una notable moderación, registrando un avance trimestral del 0,5%, 1,1 puntos menos que en el trimestre previo, debido al impacto que está teniendo la última cepa del COVID-19 y de los cuellos de botella existentes en torno a las cadenas de suministro.

En este contexto, la Comisión Europea ha proyectado que la economía estadounidense culminará 2021 con un alza del PIB del 5,8%, al tiempo que para 2022 estima un incremento del 4,5 por ciento.

Por su parte, la economía china no ha sido ajena a esta moderación del crecimiento, cerrando el tercer periodo del año con un ascenso trimestral del PIB del 0,2%, un punto menos que el trimestre precedente, debido, principalmente, al aumento de los contagios que supuso la variante delta del coronavirus, así como a las dificultades en las cadenas de suministros y al ascenso de los precios energéticos, que han afectado de forma acusada al sector industrial.

Así, la Comisión prevé que China contabilice un ascenso del PIB del 7,9% en el conjunto de 2021, y que este crecimiento se ralentice en 2022 hasta el 5,3 por ciento.

En lo relativo a la Eurozona, los datos del tercer trimestre muestran un alza del PIB del 2,2% trimestral, que resulta una décima superior al del periodo anterior, fruto del repunte del consumo privado, en un contexto de relajación gradual de las medidas de contención de la pandemia, y del impulso que supone la reactivación de los viajes intracomunitarios, especialmente en el caso de las regiones más vinculadas con el turismo.

En este escenario, la Comisión Europea ha mejorado en dos décimas la previsión de crecimiento del conjunto del Área para 2021, situándola en el 5,0%; mientras que para 2022, estima un alza del 4,3%, dos décimas menos que en su último informe publicado en verano.

No obstante, las economías en las que el sector industrial juega un rol más relevante dentro de su estructura productiva, se han visto más expuestas a los efectos de las disrupciones en la cadena de suministros, así como al incremento del precio de los recursos energéticos, y, en consecuencia, han observado una revisión a la baja en su proyección de crecimiento, tal y como sucede en el caso de Alemania, cuya estimación para 2021 se ha visto rebajada en nueve décimas, hasta el 2,7 por ciento.

En lo que concierne a la economía española, el INE publicó el avance de los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral. Según estos datos, el PIB de nuestro país habría aumentado un 2,0% trimestral, y aunque supone nueve décimas más que el anotado el trimestre previo (+1,1%), resulta algo menor del esperado, debido a que el consumo privado se ha visto muy condicionado por el fuerte aumento de los precios de la energía y las dificultades en que se encuentran inmersas las cadenas de suministros en el ámbito de la economía europea y global.

En este sentido, el consumo de los hogares ha descendido un 0,5% en el tercer trimestre del año, en un contexto en el que la inversión anotaba un incremento trimestral del 1,3%, especialmente en maquinaria y bienes de equipo (+3,7%).

Por su parte, las exportaciones se habrían elevado un 6,4%, lo que tuvo reflejo, sobre todo, en las ventas de servicios, que se elevaron un 24,4%, destacando el gasto de los no residentes, que apuntó un avance del 156,4%, en un escenario de levantamiento de restricciones a la movilidad, tanto a nivel local como en los mercados turísticos emisores.

En términos interanuales, el PIB nacional habría apuntado un aumento del 2,7% en el tercer trimestre, tras haber cerrado el periodo anterior con un alza del 17,5 por ciento.

En este contexto, la Comisión Europea ha apuntado que la evolución de la recuperación en España en lo que va de año está siendo más débil de lo estimado inicialmente, y ha reducido en 1,6 puntos la previsión para 2021, situándola en el 4,6%, y en ocho décimas la de 2022, hasta el 5,5%, aunque estas aún permanecen por encima de la media de la Eurozona.

En lo que se refiere a los fondos europeos de recuperación, el Gobierno ha solicitado formalmente los 10.000 millones de euros correspondientes al primer tramo del “Next Generation EU”, que se sumarían al anticipo de 9.000 millones recibido el pasado agosto.

La recepción de los fondos está sujeta al cumplimiento de una serie de hitos comprometidos por parte del Estado, que pretenden mejorar la competitividad de nuestra economía y consolidar la recuperación, y que abordan materias estratégicas y de gran trascendencia como la necesaria transformación digital, el mercado laboral, o la sostenibilidad de las pensiones.

El cumplimiento de estos hitos representa un reto conjunto para nuestro país en el que resulta imprescindible utilizar el marco que brinda el diálogo social para lograr consensos en acuerdos entre el Gobierno y los agentes económicos y sociales, al objeto de garantizar la eficacia de estas decisiones, y su impacto real sobre el empleo.

Los indicadores más recientes del mercado laboral están mostrando una mejora de la afiliación a la Seguridad Social en nuestro país, que experimentó al cierre del mes de octubre un incremento mensual de 256.163 efectivos (+1,3%), al tiempo que en relación con el dato de hace un año, apuntó un ascenso de 713.229 afiliados (+3,8%).

Por su parte, los datos de paro registrado constataron un descenso muy leve durante el décimo mes del año, cifrado en un 0,02% mensual, 734 parados menos que en el mes precedente; mientras que en términos interanuales se aminoró un 14,87%, con 568.975 personas menos en situación de desempleo.

Esta mejora en el mercado laboral es el resultado que se esperaba de la gestión realizada durante el periodo más duro de la pandemia, marcada por la negociación y adopción de decisiones  conjuntas que han logrado contener el impacto de la crisis.

En el ámbito de Canarias, los datos de empleo también comienzan a mostrar una evolución favorable, con un repunte mensual de 19.265 efectivos (+2,4%) durante el pasado octubre.

Este aumento se concentró, casi en su totalidad, en los servicios, con 19.226 afiliados más que en septiembre, destacando el ascenso del empleo en la “Hostelería” (+6.992 afiliados), en la “Educación” (+2.469 efectivos), en las “Actividades administrativas y servicios auxiliares” (+2.297 personas) y en la “Actividad comercial” (+1.705 trabajadores).

Con respecto a los datos de doce meses antes, el número de afiliados apreció un repunte de 37.921 efectivos (+4,9%); al tiempo que, si comparamos las cifras del mes de referencia con las previas a la pandemia, el empleo en Canarias ha superado por primera vez los niveles prepandemia, registrando 61 trabajadores más (+0,01%) que en el mes de febrero de 2020.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que esta mejora se apoya principalmente en el comportamiento más positivo que ha venido mostrando la actividad pública, ya que las ramas de “Administración pública”, “Educación” y “Sanidad” contabilizan, en conjunto, 15.606 trabajadores más que en el segundo mes de 2020, a diferencia de otras como el “Comercio”, “Transportes” y “Hostelería”, que registran en octubre, conjuntamente, 19.419 efectivos menos en alta laboral, con lo que la actividad privada continúa acusando la incidencia de la crisis sanitaria.

Además, es necesario señalar que aún permanecen en situación de ERTE un total de 21.694 personas, un 2,6% del total de afiliados del Archipiélago.

Por lo que respecta a la cifra de paro registrado en las Islas, se observó un descenso mensual del 2,45%, 5.242 parados menos que el mes anterior, contabilizando un total de 208.316 desempleados al término del décimo mes del año. Desde un enfoque interanual, el desempleo disminuyó en las Islas en 54.171 personas, lo que supone una caída relativa del 20,64 por ciento.

En lo referente al sector turístico, las cifras más recientes siguen dando señales de una paulatina reactivación, tal como sugiere la entrada de visitantes desde el extranjero a Canarias, que apunta que a lo largo del mes de octubre llegaron al Archipiélago 997.941 viajeros foráneos, lo que supone un incremento mensual del 62,9% (+385.175 visitantes), aunque es importante observar que esta cantidad sigue aún por debajo de los niveles que se registraban en el mismo mes de 2019, cuando entraron en las Islas 1.123.054 turistas desde el extranjero (-11,1%).

En materia de precios, el IPC cerró el pasado mes de octubre con un crecimiento mensual del 1,6%, dos décimas menos que el conjunto nacional (+1,8%), debido al ascenso del 11,5% del grupo “Vestido y calzado”, derivado del inicio de la temporada de otoño-invierno; y al avance de los precios de “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (+3,4%), en coherencia con el encarecimiento de la electricidad (+9,0%).

En términos interanuales, la inflación registró un notable incremento del 4,2% en las Islas, 1,2 puntos menos que el observado en el conjunto del país (+5,4%), debido a la presión alcista ejercida por los precios de la electricidad (+57,9%) y de los carburantes (+23,3%), en relación con el mismo mes de 2020.

En cuanto a la inflación subyacente, esta se mantiene en valores moderados, con un aumento del 0,9% mensual, y del 1,3% interanual, lo que indica que el aumento de los precios de los últimos meses no responde a la recuperación del consumo, sino al efecto de elementos externos, principalmente los productos energéticos, sometidos a presiones alcistas de carácter temporal que se deberían moderar en el corto plazo.

A la luz de estos datos, la economía del Archipiélago continúa avanzando en la recuperación de los niveles de actividad previos a la pandemia, si bien, aún persiste cierta incertidumbre en torno a la evolución de los contagios, tanto en nuestro territorio como en los mercados turísticos emisores, lo que podría mantener la vigencia de algunas medidas de restricción.

Por tanto, resulta necesario dar continuidad a las medidas de apoyo que han venido aplicándose para garantizar la supervivencia del tejido productivo y el empleo de las Islas, y huir de políticas que incrementen los costes para las empresas y autónomos, lastrando su capacidad competitiva, y que puedan distorsionar la actividad económica y el mercado laboral.

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