Conclusiones del Informe de Coyuntura del mes de enero de 2013

26 de febrero de 2013|In Actualidad CCE

* Puede acceder al texto íntegro del Informe, a través del siguiente enlace Informe enero 2013.

 

Según ha publicado el Instituto Nacional de Estadística, la economía española ha caído, durante 2012, menos de lo que se había previsto. Según avanzó el INE, el PIB español ha experimentado una contracción del 1,37% en el conjunto del pasado año, y eso supone mejorar en casi una décima, la caída que había anunciado el propio Ejecutivo en el mes de octubre cuando, para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, había asumido que nuestra economía cerraría el ejercicio con un descenso del PB del 1,5 por ciento.

Aún en un contexto recesivo, este dato ha sido acogido por numerosos analistas como una primera señal positiva, de cara a la proyección de nuestra economía durante 2013, y aunque todos los estudios coinciden en mantener las  previsiones de crecimiento para España en valores negativos durante el presente ejercicio, las expectativas para el 2014 tornan en positivo.

Así lo han expuesto organismos como el Fondo Monetario Internacional, que acaba de revisar su panel de previsiones y ahora estima que nuestro país, tras caer un 1,5% durante 2013, iniciará una progresiva recuperación durante la segunda mitad del año, que lo llevará a registrar un incremento del PIB del 0,8%, durante 2014.

Más optimista, incluso, se muestra el Servicio de Estudios del BBVA que confía en que nuestra economía cierre el presente ejercicio con un descenso del 1,1%, y avance, durante 2014, hasta registrar un incremento del 1,1 por ciento.
Ciertamente, durante los primeros meses del año hemos asistido a la publicación de algunos indicadores que apuntan a una relativa mejora de la situación económica, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Así por ejemplo, aspectos como la aceleración que ha mostrado la actividad en economías emergentes como China, o el acuerdo adoptado en EE.UU. con el que finalmente se ha evitado el temido precipicio fiscal al que se veía abocada la economía norteamericana en la recta final de 2012, han tenido buena acogida en los mercados financieros internacionales, y han propiciado repuntes al alza en los principales índices bursátiles y en una relativa mejora de los mercados financieros que han aliviado las condiciones de financiación de la deuda soberana en Europa, y por extensión, en España, donde los esfuerzos por corregir el déficit público y las reformas emprendidas en el sector financiero parecen haberse aliado finalmente para mejorar el acceso a la financiación de la Deuda y frenar la salida de capital extranjero que venía sucediéndose, de manera ininterrumpida en nuestro país desde mediados de 2011.

Sobre este particular, la cotización del bono español a diez años ha mantenido una tónica descendente durante los primeros meses del año, moderándose la rentabilidad exigida por el mercado, desde el 5,81% de media que registró en 2012, hasta el 5,20% de media en lo que va de mes.

De esta manera, la prima de riesgo de la deuda española, que hasta el momento ha venido siendo utilizada como indicador sintomático de la recesión, ha logrado mantenerse por debajo de los 370 puntos básicos durante los últimos tres meses, alejándose así de los máximos que había anotado durante el verano de 2012, cuando llegó incluso a superar los 500 puntos básicos.

No obstante, y aún situándonos en el mejor de los escenarios posibles, la economía española todavía debe afrontar un ejercicio, el 2013, donde persistirán los riesgos que hasta el momento han venido truncando nuestra recuperación, y no será hasta mediados de año, cuando los análisis prevén que comiencen a evidenciarse los primeros indicadores que apunten a una reactivación cierta de la economía que, en todo caso, estará fuertemente ligada a la consolidación de la evolución favorable que se espera de nuestro sector exterior.

En la confianza de que finalmente puedan materializarse estas previsiones de crecimiento, la realidad se impone, y la actividad productiva en nuestro país continuó dando muestras de un claro deterioro, tal y como reflejan los indicadores del mercado laboral de comienzos de año.

El desempleo en nuestro país continúa creciendo, y supera ya los 4.980.000 desempleados, según los datos oficiales referidos al mes de enero de 2013. De esta manera, el número de parados registrados durante el primer mes de 2013 resulta un 2,7% superior al contabilizado durante el mes de diciembre anterior.

Enmarcado en este contexto alcista, aunque en términos más moderados, se encuentra Canarias, donde el número de parados inscritos en las listas oficiales del Servicio Canario de Empleo alcanzó las 289.517 personas, durante el mes de enero, lo que supone un incremento del 1,62%, en comparación con el mes anterior.

El aumento del paro en el Archipiélago se ha concentrado, principalmente, en torno a los servicios, cuya evolución se ha visto afectada por la finalización de las contrataciones coyunturales vinculadas a la campaña navideña, sumándose en enero un incremento de 4.976 desempleados más (2,49%), aunque también se aprecian aumentos en el desempleo agrario e industrial.

Como decimos, estos resultados muestran un crecimiento del desempleo más moderado en Canarias que en el conjunto del Estado, incluso, cuando analizamos la evolución del mercado laboral en términos interanuales.

A este respecto, el número de parados inscritos en las Islas se ha incrementado en un 5,67%, frente al avance del 8,28% que experimentó en el ámbito nacional.

Los resultados de enero del paro registrado no introducen variaciones sustanciales en el análisis de nuestro mercado laboral, que aún continúa condicionado por la debilidad de la demanda interna y por la situación financiera y presupuestaria de nuestro país, en pleno tránsito de las medidas aplicadas en materia de consolidación fiscal.

No en vano, otros indicadores económicos a los que podemos recurrir para tomarle el pulso a la actividad productiva en el Archipiélago continúan arrojando resultados negativos.

Tal es el caso de la entrada de turistas extranjeros que, durante el primer mes del año ha descendido en un 4,0%, en comparación con el dato de enero de 2012, una situación que acentúa el balance negativo con el que cerró el pasado ejercicio donde se registró una caída, en términos acumulados, del 2,1 por ciento.

También en valores negativos se sitúan indicadores de consumo como la matriculación de vehículos nuevos que, durante el mes de enero experimenta un descenso superior al 12% interanual; o el Índice de Comercio al por Menor, que acumula descensos interanuales continuados e ininterrumpidos desde 2008.

A falta de otros indicadores más precisos pendientes aún de publicarse, la evolución de la inflación puede monitorizar el claro estancamiento en el que aún se haya sumida la economía canaria.

A este respecto, y si bien el índice general de precios de consumo en Canarias ha registrado un avance interanual del 2,3%, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, referidos al mes de enero, resulta necesario matizar que este avance todavía recoge el efecto sobre los precios finales derivados de cambios normativos e impositivos que gravan los bienes y servicios de consumo, especialmente en el ámbito de la “Medicina” y la “Enseñanza”.

No en vano, estos dos grupos han destacado como los más inflacionistas en Canarias al registrar avances interanuales del 14,0% y del 12,7%, respectivamente, en ambos casos, incluso superiores al incremento que han experimentado en el contexto nacional, donde se apreciaron incrementos del 12,1% y del 10,5%, respectivamente.

Debe tenerse en cuenta además, que el siguiente grupo que más ha incidido al alza en los precios en Canarias ha sido el referido a los “Transportes”, donde se ha observado un avance del 5,1%, casi el doble del observado en el conjunto del Estado, donde se ha registrado un avance del 2,2%, así como en “Bebidas alcohólicas y tabaco” que, en comparación con el mes de enero de hace un año, ha contabilizado un aumento del 3,7 por ciento, en este caso, inferior al registro nacional estimado en un 8,0 por ciento, como consecuencia de la modificación de tipos impositivos que gravan las labores del tabaco en Canarias.

Resulta obvio que la inflación general se ve claramente afectada por la evolución de condicionantes exógenos a la producción, como son la mayor presión fiscal y los precios de los combustibles en el contexto internacional, y así lo atestiguan los resultados de la inflación subyacente, situada en el 0,9% durante el mes de enero, muy por debajo del 2,2% que se observó en el conjunto del Estado.

Este indicador, si bien excluye el efecto de los alimentos elaborados y los productos energéticos, aún estaría recogiendo el efecto sobre los precios finales de las subidas de impuestos que afectan al consumo y que, según el INE, en el ámbito nacional estarían explicando dos puntos porcentuales de la inflación general.

A luz de estos resultados, y como paso previo al inicio de una eventual fase de recuperación en Canarias, es necesario afrontar todos aquellos aspectos que a día de hoy impiden la generación de una actividad productiva real que sea capaz de generar empleo.

Además de consolidar reformas estructurales eficaces que promuevan la mejora de nuestra competitividad y facilitar el flujo de crédito entre familias y empresas, en un plano estratégico, también es importante promover medidas de impulso para emprendedores y afianzar herramientas de compensación que, al margen de la coyuntura del ciclo económico, en el caso de Canarias, permitan aminorar el impacto que sobre nuestra economía revierten las condiciones específicas ligadas a nuestro carácter de región ultraperiférica.

A este respecto, cobra sumo interés para las Islas, el tratamiento que este tipo de regiones recibirán de las instancias europeas en el nuevo Marco Financiero Plurianual de la Unión Europea para el periodo 2014-2020, recientemente aprobado, y el resultado de las negociaciones que actualmente se están manteniendo entre las administraciones regional, nacional y comunitaria, para aprobar un Régimen Económico y Fiscal de Canarias que sirva como instrumento de política económica y vertebración del Archipiélago, alejándolo de injustas corrientes de opinión que se han empecinado en calificar a estos mecanismos como un privilegio para los canarios, cuando -justo al contrario- surgen para dar cobertura al “perjuicio permanente” derivado de la fragmentación y alejamiento de Canarias.

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