Conclusiones del Informe de Coyuntura del mes de febrero de 2013

18 de marzo de 2013|In Actualidad CCE

* Puede acceder al texto íntegro del Informe, a través del siguiente enlace Informe febrero 2013.

La economía mundial ha iniciado el ejercicio bajo el signo de la incertidumbre, pese al cierto consenso optimista que existía en las proyecciones de crecimiento para el conjunto de 2013.

Uno de los principales focos de incertidumbre se localiza en la primera potencia del Globo, la economía estadounidense, que verá disminuidas sus expectativas de crecimiento debido a la falta de acuerdo político para impedir la puesta en marcha el 1 de marzo de un mecanismo automático de recortes para la reducción del déficit por valor de 85.000 millones de dólares. Una situación que, de no fructificar las negociaciones en el ámbito político, pronto tendrá consecuencias sobre el resto del panorama económico mundial.

Mientras, en China, la reciente elección de Xi Jinping como nuevo presidente abre un periodo de cambios para el país más poblado del Mundo, que deberá afrontar retos pendientes en materia económica y política imprescindibles para su convergencia económica y social en el largo plazo; aunque más a corto plazo, habrá de hacer frente a una ralentización del crecimiento por la atemperación de su demanda interna y por la ralentización de la demanda exterior.

En la Unión Europea, las últimas proyecciones de crecimiento publicadas por el BCE durante el pasado febrero no solo mantienen las expectativas negativas para 2013, sino que estas se acentúan, esperando una contracción del PIB real para el conjunto de la Zona Euro de entre el 0,1% y el 0,9 por ciento.

Los resultados de los recientes comicios celebrados en Italia suponen un nuevo foco de incertidumbre e inestabilidad en la eurozona, conduciendo a un incremento de su prima de riesgo y a una rebaja de la calificación de su deuda, no solo por la incertidumbre política que introduce un gobierno de minoría con poca capacidad para seguir impulsando las reformas necesarias, sino también por los malos resultados del empleo en el último trimestre, que incrementan los riesgos de una recesión más prolongada.

Asimismo, la quita aplicada sobre los depositantes en Chipre supone un paso más allá en la crisis del euro, sin que terminen de encontrarse una solución definitiva para la estabilización financiera del área.

Quizás las notas más positivas provengan desde España, donde las medidas adoptadas por el Gobierno para paliar los efectos de la crisis, junto con los buenos resultados presentados al cierre del ejercicio sobre la reducción del déficit, han tenido una acogida favorable desde los mercados.

Esto se tradujo en la moderación de la prima de riesgo española con respecto a meses anteriores, hasta el entorno de los 340 puntos básicos, muy cerca de la prima italiana, aunque la crisis de Chipre ha vuelto a elevar este diferencial, al menos momentáneamente. En cualquiera de los casos, se observa una relativa mejoría de la situación financiera de nuestro país que repercute en un menor gasto en intereses de la deuda, lo que concede al Ejecutivo un cierto margen presupuestario.

Pero a pesar de esta relajación, resulta primordial para nuestro país que prospere la petición de reducción de los objetivos de déficit marcados para este año, y así poder compatibilizar mejor los objetivos de consolidación fiscal con la aplicación de políticas de estímulo que doten del impulso necesario a la ansiada recuperación económica, una vez se ha completado gran parte de la reestructuración bancaria.

En materia bancaria, aún queda recorrido para incrementos de la exposición de los bancos a los activos inmobiliarios sujetos a riesgo, lo que obligará a dotar nuevamente de más provisiones, con lo que difícilmente la corriente de crédito, necesaria para el funcionamiento normal de las empresas, fluirá lo suficiente como para contribuir en la reactivación económica.

En este contexto, los datos para el primer trimestre de 2013 en la economía española revelan que si bien se aprecian signos positivos del lado financiero, resulta lejano el traslado de estos efectos a la economía real.

El mercado laboral persiste débil y profundizando aún en el proceso de degradación, visible en los resultados en materia de desempleo. En el ámbito nacional, en febrero se registraron en nuestro país 5.040.222 personas en paro, lo que supone un incremento del 1,2% con respecto al mes de enero. Este avance resulta más intenso que el cifrado en Canarias, donde se observa un aumento del desempleo del 0,7%, que en términos absolutos supone una subida de 1.957 personas.

El incremento del paro en el Archipiélago se concentra principalmente en torno a los servicios, que suman en febrero un total de 1.560 desempleados más en un contexto de finalización de las contrataciones coyunturales vinculadas a la campaña de rebajas. Los demás sectores registran cambios poco significativos, con la salvedad del colectivo sin empleo anterior que cuantifica un incremento relativo del 1,3% (197 personas más).

Esta caída del paro, menos acusada en Canarias, se observa también en términos interanuales, y por cuarto mes consecutivo se computa un menor avance que en el conjunto del país, con un aumento en febrero del 4,5% (12.576 parados más), frente al crecimiento del 6,9% (328.128 nuevos desempleados) a escala nacional.

En este escenario, los últimos datos de afiliación a la Seguridad Social del último día de febrero se mantienen prácticamente invariables, tanto en el ámbito nacional (0,07%) como en Canarias (-0,05%).

En cualquier caso, la situación del mercado laboral continúa siendo especialmente mala y se requerirá de medidas apoyo para que coadyuven a salvar la situación. En este marco de reformas, el recientemente aprobado Real Decreto Ley 4/2013, de 23 de febrero de 2013, de medidas de apoyo al emprendedor y estímulo del crecimiento, pretende potenciar la incorporación en el mercado laboral de los trabajadores menores de 30 años a partir de medidas de fomento del emprendimiento y de la contratación laboral en este colectivo, tales como reducciones parciales en las cotizaciones sociales, la compatibilización de la prestación por desempleo con el inicio de una actividad por cuenta propia, o la ampliación de las posibilidades de aplicación de la capitalización de la prestación por desempleo. De forma complementaria, se establece un marco fiscal más favorable para las sociedades de nueva creación y autónomos que inicien una actividad emprendedora para incentivar la creación de empresas y reducir la carga impositiva durante los primeros años de ejercicio de la actividad.

Aunque es necesario activar medidas para fomentar el emprendimiento y la empleabilidad, especialmente entre los jóvenes, debe profundizarse en la incorporación de medidas que posibiliten su viabilidad, tanto de las nuevas como las existentes, aplicando para ello aquellas medidas fiscales, institucionales y laborales que mejoren la productividad y competitividad del tejido empresarial español. Asimismo, restaría una cuestión fundamental para el desempeño empresarial, la de resolver el acceso a la financiación de las empresas.

Debe considerarse, además, las potenciales distorsiones que podrían derivarse de la aplicación de este tipo de medidas, al introducir efectos discriminatorios que abrirán la puerta a situaciones de competencia desleal con las empresas establecidas.

Centrando nuestro análisis en Canarias, los indicadores de demanda interna de nuestra región siguen emitiendo señales inequívocas de debilidad. La energía eléctrica disponible en las Islas cae en enero un 3,7% interanual; las matriculaciones de vehículos retroceden un 12,2% con respecto al mes de enero del año anterior, minorándose en todos los canales de venta a un orden superior al 10,0 por ciento; y el Índice de Comercio al Por Menor señaliza una caída en el consumo al perder durante enero un nuevo 4,0% interanual.

Del mismo modo, los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística sobre el Índice General de Precios al Consumo (IPC) inciden en el estancamiento de la economía canaria.

Durante febrero, los precios en Canarias se mantienen invariables, situando la tasa interanual en el 2,0%, bajo la influencia de los grupos afectados por los ajustes fiscales, tales como Medicina y Enseñanza, que registran sendos incrementos del 14,9% y del 12,7%, superiores al de estos mismos grupos en el ámbito nacional, donde registran un avance del 12,9% y del 10,4%, respectivamente.

Asimismo, el grupo Transportes, el otro foco inflacionista en Canarias, observa un incremento interanual en las Islas del 5,2%, algo más del doble del registrado en el conjunto del Estado, cuyo incremento alcanza el 2,8 por ciento.

En cuanto a la inflación subyacente, su significado como aproximación de la evolución del consumo se ve diluida por la existencia de factores exógenos a la demanda, tales como los cambios regulatorios o fiscales. Esta se sitúa en Canarias en el 0,8% durante el pasado mes de febrero, por debajo de la inflación subyacente nacional, que alcanza el 2,3 por ciento.

Por el lado de la oferta, los resultados de febrero, medidos en términos de entrada de turistas extranjeros en Canarias por los aeropuertos de AENA, computan un nuevo descenso interanual por segundo mes consecutivo, un total de 233.608 turistas menos en comparación con el dato acumulado hasta febrero de 2012, que se traduce en un descenso del 8,4% para el conjunto del Archipiélago.

También se registra una caída de visitantes en los resultados de las encuestas de ocupación turística elaboradas por el INE que hacen referencia al mes de enero, en el que caen en un 2,1% interanual el total de viajeros alojados en establecimientos turísticos en Canarias, aunque aumenta en un 0,2% la estancia media, incrementando la media de pernoctaciones por visitantes de 8,7 a 8,9 noches. Esto conlleva que el total de pernoctaciones se mantengan prácticamente invariables durante el mes de enero (-0.1%), si bien observa un comportamiento contrapuesto por tipo de alojamiento, y mientras las pernoctaciones efectuadas en apartamentos se han incrementado en un 1,4%, las de establecimientos hoteleros registran un descenso interanual del 1,0 por ciento.

Los resultados expuestos hasta el momento plantean pocos cambios con respecto a meses anteriores, marcados por la debilidad de la demanda interna, la continua incorporación de reformas y la austeridad fiscal.

Como se ha demostrado a lo largo de toda esta crisis, los acontecimientos evidencian el riesgo de contagio existente en la eurozona ante los problemas financieros de alguno de sus integrantes, especialmente sobre aquellos que se encuentran en una situación de mayor desventaja. Por tanto, hasta que no se restablezca la confianza en torno al euro, a lo que no contribuyen medidas como la adoptada recientemente en Chipre, difícilmente podrá atajarse de manera definitiva la crisis europea, y sin una mayor cohesión europea, junto con las reformas internas necesarias en nuestro país, se sentarán las bases necesarias para la recuperación del Archipiélago.

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